Virtualmente

Recién ahora siento que puedo volver a escribir o a entrar a los sitios que más me han motivado a esto, a tener una relación como la que tengo y a poder contarles a manera de relatos mis vivencias personales con Mía, mi sumisa favorita.

Fueron unos meses de tensa espera para que termine todo este calvario que fue la cuarentena, el no poder encontrarse con seres queridos, el no poder salir a tomar algo a algún bar con amigos, el no sentir la adrenalina que la calle me da, y todo eso de la mano de ella, mi compañera ideal.

En realidad tampoco ha terminado ni se presagia un final feliz, no me acostumbro a la "nueva normalidad", pero he decidido que mi vida tiene que seguir, y que tengo que dejar de ser un espectador en esta maldita película de ciencia ficción.

De cualquier manera con Mía siempre nos la hemos rebuscado para poder estar juntos y compartir momentos únicos, esta vez sin compañía, sin siquiera esos amigos de morbo que tenemos y que de vez en cuando nos veíamos. Pronto volverán estos momentos.

Apenas habían salido los permisos para poder cruzar de localidad, tomaba mi auto y me iba a su casa los fines de semana para poder estar juntos, que era lo que precisábamos. Pero... mientras tanto? Cómo hicimos para resolver ese problema? Los teléfonos y las comunicaciones por Internet fueron más que claves, era obvio que lo habíamos resuelto de esa manera.

Antes que salieran los permisos para circular libremente por las calles, hubo prohibiciones de salir, al menos de "cruzar el puente" que me lleve a la casa de Mía. Ahí fue que hemos hecho uso de la tecnología a tope.

Hemos hecho reuniones virtuales por Zoom. Hemos mantenido despierta nuestra pasión con vernos a través de la pantalla de nuestras notebooks y dedicarnos nuestros tiempitos morbosos.

Mía tomó nota de la situación y no sólo se dio cuenta de mi necesidad de al menos poder verla en acción, sino que también a ella le producía un morbo especial estar caliente frente a una pantalla. Algunas veces lo habremos hecho en otros lugares, pero esta vez estábamos ella y yo.

Se vestía para la ocasión, se montaba para regalarme una escena larga y caliente. Se ponía como para encender al más santo de los hombres, y para dedicarme una noche especial, frente a mí. Encima la veía a través de mi notebook cómo se estaba tomando unas copas de vino mientras nos encendíamos. Eso se llama decisión tomada.

Sabemos cómo la pone unas copitas a Mía. Así que cuando llegó el momento de actuar, una vez que ya estábamos calientes mirándonos a través de la pantalla, empezó a dedicarme un strip propio de cualquier estrella de cabaret. La mejor, sin dudas, estaba tan entonada que ya no le importaba más nada. Así es como la quiero a Mía.

Cuando en su living terminaba de sacarse casi toda su ropa, llevaba la notebook a su dormitorio para que pueda verla en su cama cómo me dedicaba una masturbación. Largas, lentas, calientes, se la escuchaba, ya ni se fijaba si estaba yo, o alguien más, o nadie en realidad. Se dedicó a ella para con eso dedicarse a mí.

Sus jadeos aumentaban, sus gritos se escuchaban por mis parlantes, hasta que al fin explotaba como tenía que hacerlo, se moría de ganas de llegar, y así era. Quedaba rendida en la cama, toda para mí. Yo tenía esa sensación de querer estar ahí y no poder. Se me cruzaba de todo por la cabeza, y no podía más tampoco y terminaba al igual que ella, con un orgasmo merecido.

Mía es especial, única, no es cuestión de explicarlo, es cuestión de verla cómo se dedica a mí. Sabe que encontró su destino para siempre, que tiene un Amo que la va a cuidar, aconsejar, guiar, pero que en el momento caliente quiere ser dominada como nunca lo había sido. Por eso este es su mejor momento.

Volveré, como siempre, mi cabeza está siempre activa.


Comentarios

  1. Me alegra volver a leeros y saber que estáis bien.

    Un Abrazo!

    ResponderEliminar
  2. Cuando se quiere se puede. Las adversidades, lejos de ser un problema, deben ser un reto, una motivación.
    Saludos para ambos.

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo que para sentir(se) no hace falta estar presentes basta el deseo y la pasion. Sus encuentros virtuales son tan buenos como los reales.
      Un placer leerte.!!

      Eliminar
  4. Me alegro que hayais encontrado una forma de estar mas cerca. En estos tiempos tan complicados.

    ResponderEliminar
  5. Me alegro enormemente de leeros de nuevo y saber que estáis bien.
    Si bien los imprescindibles tacto con el otro y el olfato desaparecen en esa virtualidad, una alternativa al fin y al cabo, quedan un tanto compensados por el ejercicio de la imaginación, en espera del reencuentro presencial. Ánimos !!!

    ResponderEliminar
  6. Me alegro mucho por vosotros. Hay que saber adaptarse a los "nuevos" tiempos.

    Besos.

    ResponderEliminar
  7. Siempre hay vías alternativas y me alegro de que se pudiera concretar vuestros encuentros.
    Gracias por tus palabras en mi blog.

    Mil besitos .

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Mis relatos más visitados