Con la correa y el collar

Mía, llegó el momento que uses mi regalo que tanto te sorprendió. Recuerdo que te lo envié con un delivery para que te tocara el timbre y tengas que bajar a recibirlo. Cuando volviste a tu casa me contaste de tu sorpresa al ver lo que era: una correa y su collar. Me encanta enviarte señales de a poco para que sepas de qué se trata todo esto. Ya era un primer paso para aplicar la práctica en vez de tanta teoría. Lo tenías que guardar en tu casa y esperar el momento en que te dijera que ibas a convertirte en mi perra, mi sumisa.


Ese momento llegó un fin de semana como tantos en los que te pasé a buscar. Íbamos a ir a un recital creo de alguna banda de las que nos gusta a ambos.

.- Mía, quiero que estés toda la noche con el collar puesto y en algún momento te pediré la correa que vas a guardar en tu cartera, no sólo para pasearte o tenerte al lado mío, sino para que puedas tener esa mezcla de sensaciones, posesión, verguenza, excitación… estoy tan seguro que vas a disfrutar eso que ya es momento de entrar en acción y hoy será el día. 

Tu mirada como siempre fue de nervios, miedo, sorpresa, excitación. Nada es previsible cuando nos ponemos en esa sintonía. Pero así lo hiciste, guardaste la correa en tu cartera y el collar puesto en tu cuello te quedaba bárbaro. 

En realidad salimos a lugares absolutamente triviales y convencionales, recital de banda de rock, bar a tomar nuestras cervecitas y después a tu casa para terminar nuestra noche como es costumbre... 

Estabas tan linda con ese vestido negro casi corto, tu pelo suelto, tacos, tus piernas prohibidas, y con una modalidad que se iba a hacer costumbre desde esas salidas. Sin corpiño. Sin duda que estás hecha para mí. 

El tema fue que de repente cuando estábamos terminando nuestras cervezas se largó una tormenta tremenda, con truenos incluído; una lluvia que impedía caminar por las calles. Ahí mismo decidimos tomar un taxi hasta tu casa, era un viaje largo y complicado, la lluvia no dejaba ver nada de adentro para afuera del taxi ni de afuera para adentro tampoco. 


Sentí que llegó el momento. Apenas subimos al taxi y decirle tu dirección al chofer para llevarnos, te dije… 

.- Mía, dame la correa. 

Ni titubeaste. Estabas decidida, a todo o nada, en segundos abriste la cartera y me diste la correa; al ponértela sonaron los herrajes al chocarse entre sí y la cadena metálica también hizo lo suyo, el chofer no titubeó en mirar por el espejo del auto y vio como te tenía de la correa y te acercaba hacia mí para darte un beso tan caliente como apasionado. 

Te puedo asegurar que se escuchaba el silencio, el chofer no quiso interrumpir ni molestar el clima que se había generado en el asiento de atrás de su taxi, vos no hacías otra cosa que dejarte llevar por el impulso de sentirte un objeto de mi posesión y mientras con tus manos acariciabas mi bulto, te acercaba con la correa y vos sentías la necesidad de darme un beso como quien venera a su dueño como corresponde. 

Ni sabemos cuánto duró el viaje, solo supimos que fue uno de los mas excitantes que hemos tenido. Todo lo que duró el recorrido fue caliente. Vos, con ese vestido negro y corto, mostrabas tus piernas al chofer, y éste las tenía al alcance de su mano. El silencio que reinaba dentro del auto pudo más que el querer darnos charla y seguramente no habrá dormido esa noche al haber querido estar más en comunión con nuestra química. 

Mía, somos un acorazado. Nada nos detiene cuando nos miramos a los ojos y tenemos ganas de jugar. Pagamos el viaje al chofer, nos saludó y éste te recorrió con la mirada de una manera lasciva, pero era lógico, te habías convertido en mi sumisa en ese auto, el auto de un desconocido. 

Así te llevé hasta tu casa, y lo que pasó fue inevitable. Sexo del duro, del bueno, no faltó nada. Ya explicaré en otros relatos cuáles son sus deberes de sumisa para atender a su macho cuando éste pide acción y atención. Sos una buena chica. Aprendiste rápido todo lo que necesito. 

Mía se ha convertido en mi “esclava” única. Gracias a ella vuelvo a tener la imaginación de un sádico. 

Volveré, como siempre, mi cabeza está siempre activa.

Comentarios

  1. Excitante... me encanta. Una buena perra con un buen amo. Enhorabuena "acorazado"

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  2. Guaauuu me encanta ... Enhorabuena a los dos y os deseo mucha felicidad juntos 👄👄

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  3. Que hermoso!! felicidades a ambos, y os deseo muchos años juntos!

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